Hay quien prefiere tatuarse un recuerdo, un instante o un sentimiento y que se quede grabado para siempre, aunque en el alma nunca desaparecen.
En mi caso he decidido ponerlo en papel y disfrutar el momento y que cada uno lo interprete y lo viva como lo sienta en su corazón.
Nacida en Italia, en una pequeña ciudad del centro llamada Pescara, rica de mar, tierra y montañas. 35 años, su universidad, la vida. Trabaja desde los 14 años, empezó como sastre pero nunca dejó a un lado el arte.
Inspirada en sus sentimientos, Fabiola expresa en sus obras de una manera pura lo que siente y ha vivido, algo que es parte de ella desde la infancia, el arte desde las experiencias vividas.
Desde entonces decidió que fueran las imágenes las que hablaran de su vida.